Cada vez que gesticulamos los músculos de la cara se contraen y con el tiempo se forman las arrugas.
La toxina botulínica (Botox®) se inyecta en los músculos que generan las arruga de expresión, produciendo una relajación temporal de estos músculos, mejorando notoriamente las arrugas, confiriendo al rostro una apariencia más agradable de aspecto relajado.
El tratamiento brinda al rostro un aspecto más joven pero sin perder la expresividad masculina. Esto es fundamental a la hora de aplicar toxina botulínica y se logra conservando determinados movimientos para obtener naturalidad y discreción en los resultados.
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Botox está indicado para suavizar las líneas de expresión que se marcan con los años y prevenir la aparición de otras nuevas en la frente, el entrecejo, la nariz, alrededor de los labios, alrededor de los ojos (patas de gallo) y bandas musculares en cuellos envejecidos.
La edad ideal para empezar a usar botox es después de los 25 años. Cuando aún no se tienen arrugas, el Botox sirve como medida preventiva y las arrugas tardan más en aparecer
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